Una
Pascua sin fieles y sin palabras, la que celebraron en Roma Papa Francisco y
Mons. Mario Delpini el Arzobispo de la Diocesis de Milán, la más grande de
Europa, tan que el Pontifice renunció a su tradicional mensaje de la
Resurección con un minuto de silencio dedicado a todas las victimas del
Covid-19.
En
el mismo momento Mario Delpini en su homilía en el Duomo de Milán desolado y
sin público dijo en directa video “No tengo más palabras que decir, en estos
tiempos fuemos arrollados por una inundación de palabras que no termina y
quizás también yo he puesto mi parte. Ahora ya no quiero decir palabras sino
invocar la bendición del Señor, para que entre en todas las casas donde estar
encerrado en casa es más aburrido, más molesto”.
La
Iglesia catolica elige el silencio en el día más solemne y lloró la muerte de
más de 110 curas, todavía activos en sus parroquías a pesar de su edad y del
peligro del Covid-19 particularmente en las areas de Piamonte, Lombardia y Veneto, a los que Papa Francisco dedicó su
pensamiento durante la Misa de la Cena del Señor, definiendolos como “los
santos de la puerta al lado”.
Papa
Francisco no se asomó a la logia central de la Basilica de San Pedro por el
mensaje Urbi et Orbi sino se manifestó dentro de la Basilica, llamando Europa y
el mundo a un tiempo de solidaridad y no de egoísmo y rivalidad y rezó por los
pobres, los inmigrados en Lybia, en las fronteras entre Grecia y Turquía e de
la Isla de Lesbo, haciendo especial mención a los conflictos de Siria, Yemen y
Iraqi.
Por Angelo M. D'Addesio

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