Vivo el Aniversario de Liberación (hace tiempo se soleba llamarlo así) por la séptima vez en Milàn, Medalla de oro al valor militar de la Resistencia que nunca más que en este año, sin voluntad propia, lo celebra como siempre se debería hacer: recogimiento, memoria y conciencia de pueblo.
En un periodo ordinario la mayoría de la población habría disfrutado del puente festivo y del clima agradable por salir de la ciudad y llenarar las playas, los lagos cercanos; pocos voluntarios habrían colocado una corona de flores a nivel de las placas conmemorativas cerca de los numerosos edificios, mientras que las personas presentes sigueban en sus negocios o guardaban con escasa atención y quizás por la primera vez la existencia de una lápida.
La Liberación de facto no fue un momento de besos, abrazos y chocolate ní tampoco una forma de absolución en la que el ex adversario se convertió en un amigo y viceversa sino más una fase de historia de Italia en que los italianos sobrevividos o recuperado por la borrachera nacionalista y fascista recuerdaron los muertos que lucharon para que ellos pudiesen beneficiarse de la libertad.
Podemos buscar una comparación con la Cuarentena y las dificultades del Covid-19? Es dificil pero intentaremos. A las 15 horas, todos fueron invitados a asomarse a la ventana y entonar el himno partisano “Bella Ciao” y pocos lo hicieron en mi area de Loreto en Milán, pero uno de los primeros fue un viejo señor que comienzó y impulsó a los otros a hacer lo mismo.
Por una simple coincidencia en el mismo momento una ambulancia con médicos y infermeros armado en duro estilo Covid pasó por la longa Viale Monza hacía el proximo enfermo o hospital y los obreros de la empresa de saneamiento siguierón en sus trabajo agotador de desinsectación de la ciudad, que se realiza por dos o tal vez tres veces al día. La comparación con los partisanos que pelearon en los Alpes o de puerta en puerta, de selva en selva es imposible sino también esa es Resistencia o al menos una manera de reiniciar.
En resumen: las personas con esos ideales y el mismo ánimo de 1945 se fueron y los pocos siguen siendo testigos de un país que ya no existe pero si faltará la solidaridad, la unidad y la conciencia de volver a ser fuertes y abnegados, serà dificil que a pesar de la voluntad de “liberar todos”, harà una nueva Liberación, si caracterizada solo por un interés frenetico, intolerante y indiferente que sin embargo caracterizó el primer enfoque a la Fase Dos de muchos politicos y empresarios.
por Angelo M. D'Addesio

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